Carta Abierta de un Cristiano en Divorcio
Estado civil divorciado, me imagino que de aquí a poco dirá en
mis papeles personales, y es que me ha tocado a mi pasar por esta… ¿me habrá
tocado a mi? … suena a suerte inesperada o destino ineludible. Pero será esto o
será que es algo que lo construimos de a poco con el tiempo, o más bien lo
venimos destruyendo de a poco?. Llegué a la conclusión de que, el divorcio o el matrimonio es algo que lo construimos de a dos. Creo que si un matrimonio
anda, es de a dos, y si no, pues creo que ambos tienen responsabilidades en el
asunto. En menor o mayor medida, pero lo tienen. No por nada dice la Biblia, “¿andarán
dos juntos si no estuvieren de acuerdo?”…
La palabra “divorciado”, aplicado a un cristiano, a primera vista
parece algo contradictorio, como que es imposible que eso le suceda o lo lleve
a cabo un hijo de Dios. Pues cae de maduro que nuestro Dios aborrece el
divorcio, que no es la voluntad expresa de su creador, y por lo tanto no
responde a su designio. Y si esto es así entonces un cristiano, un hijo suyo,
no puede o no debiera tener nada que ver con esta palabra aplicada a su
matrimonio. Pero así como los sueños a veces se hacen realidad, lamentablemente
parece que también las pesadillas se pueden vivir en menor a mayor medida en la
vida de un cristiano.
Divorcio, divorciado, suena a derrota… suena a que el mal pudo más
que el bien, a que en esa relación nos hemos dejado vencer de lo malo en vez de
vencer con el bien el mal.
Divorciado, suena a derrota y fracaso personal … como que no
logramos conseguir el objetivo del matrimonio, que no supimos entender de qué
se trataba o que nunca le encontramos la vuelta al asunto …
Estado civil divorciado, suena a incertidumbre … un gran signo de
pregunta sobre la cabeza de uno que tal vez lo seguirá de por vida. Porque no
sabremos quizás si fui yo o fue la otra parte, si fuimos los dos o si no fue
nadie, tal vez era algo que debía de ser, o que te puede tocar como en un
sorteo de la vida, algo involuntario que aunque no quieras igual iba a suceder.
Pero ¿será así? … que es? … como es la cosa? … incertidumbre … esa es la
palabra aquí, porque podemos aplicarnos aquella pregunta hipócrita de judas al
Señor cuando dijo “seré yo Señor?” … pero aquel al menos lo sabía con total
certeza, nosotros en estos casos tal vez no, porque creo que ningún hombre o
mujer de bien, se casan con el objetivo de divorciarse más adelante … no claro
que no … todos nos casamos porque pensamos en ese momento que lo que allí
comienza será para siempre en esta vida, al menos todo sincero cristiano lo
hace así.
¡Sí!…, divorciado es igual a incertidumbre porque no alcanzamos a
entender de quien es la culpa, desde cuándo o como empezó este proceso que
termina con ese estigma en los datos personales de una persona. Sí, es
incertidumbre porque no sabemos al menos del todo, si en la próxima funcionará
o será nuevamente un fracaso, y no tenemos idea de cómo será eso. Que
incertidumbre Señor!!! , que incierto se ve todo por delante!!… pero debemos
seguir … encima eso… debemos seguir.
Divorciado es también sinónimo de estigma, porque de ahí en más en el
ambiente cristiano evangélico, todos o la mayoría lo verán a uno con esa marca
indeleble, invisible pero muy evidente, oculta pero expresa, de el tal hermano
o la tal hermana que está divorciado/da …
Estigma … porque será? … porque habrá sido? … mmgmmm!! … mejor me cuido
no sea que esa tal o ese tal “divorciado”, tenga algo malo … vaya a saber tal
vez hasta sea contagioso …
Así somos, esa es la triste verdad dentro de la iglesia que
supuestamente debe reflejar el amor incondicional de Dios … al menos de eso
hablamos a voces, pero solo eso … solo lo hablamos …
“divorciado” … lo relacionamos con pecado, lepra o leprosos , con
adulterio, o traición, con decepción, error, fracaso, peligro, desconfianza, no
confiable, etc …
Pero que bueno sería que también
nos demos cuenta de lo que implica, que también lo podamos relacionar y sin ningún margen de error, siempre a esta
palabra “divorcio o divorciado”, con dolor, profundo dolor, angustia, tristeza,
desolación, debilitamiento, desilusión, rechazo, desprecio y desamor. Es un
decir, “mira no te quiero como sos, no amo lo que sos”, es inimaginable saber
lo que se siente que la persona con quien conviviste durante un determinado lapso de tiempo, que te conoce
desde el amanecer hasta el anochecer de cada día, que sabe de tus flaquezas y
de tus intimidades, se plante un día y te haga saber que ya no te acepta. Solo lo
puede comprender aquel que paso por eso. Eso pega muy hondo, es el peor golpe bajo que
uno pueda recibir, … algunos se derrumban … si es que no están parados en la
firmeza de su identidad en Cristo, y eso pasa generalmente, pues muchas veces
los cristianos o cristianas, no estamos maduros en la fe, o en nuestra relación
con el Señor.
A todo esto encima se suma la idea de no saber qué hacer, para donde
ir, que se hace en estos momentos, y sentimos que no nos contaron toda la
historia, o nos ocultaron parte de la verdad. Sentimos que no estamos
preparados para casos como estos, que en nuestro manual de cómo ser cristiano,
no está este tema, o me falta la pagina que habla de esto.
Pero pensando en esto, y buscando palabra que ayude en medio de tales
circunstancias, me di cuenta de que cosas como estas ya están implícitas en
diversos pasajes de la Biblia.
En
el mundo tendrán aflicciones (incluido el divorcio)… pero confíen yo he vencido
al mundo…
Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas, (incluso el divorcio),
ayudan a bien…
Aunque
tus seres queridos, como tu padre, y tu madre (o cónyuge) te rechacen y
abandonen, yo nunca te dejaré…dijo el Señor.
Gracias Señor, porque me amaste, llamaste y me aceptas aun sabiendo
quien era, y quien soy , y que aun conociendo los errores que cometí, y cometeré,
te mantienes fiel siempre a mi lado, y que seguro ya has provisto de antemano
tu gracia para cada tiempo de mi vida.
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